martes, 11 de febrero de 2014

LOS PÁJAROS VUELAN: LA INFORMACIÓN INÚTIL

DISCURSO POLÍTICO: SEGUNDA PARTE 



El discurso político del que gobierna no contiene información útil. La información precede a la reflexión, y ésta a la acción, que produce a su vez cambio. Sin información no hay pues cambio. ¿Pero cómo contener el cambio en una sociedad tan expuesta a la información como es la actual? La información, gracias a las nuevas tecnologías, se ha hecho agua, que se filtra por las rendijas para terminar siempre llegando al ciudadano. El gobierno por tanto no puede vencer sin convencer. Su estrategia es aturdir, marear al ciudadano con rocambolescas metáforas. Pero lejos de ser poetas, los políticos con sus esperpénticas metáforas no dan más que para la mofa en los medios de comunicación.

El problema reside en que el gobierno se ha quedado anclado en tiempos pretéritos. No entiende la sociedad del cambio constante e intentan persuadir mediante las técnicas que tan útiles fueran a los totalitarismos del siglo XX.  Esa  era una comunicación de masas, para una masa atomizada, sin fisuras, porque no tenían más acceso a la información que la que proporcionaba el poder. Pero las masas, fuera de Corea del Norte, China o algunos países donde aún existe un control exhaustivo de los medios de comunicación, no existen ya como tal. La información corre por las redes a gran velocidad, a veces incluso antes de que se produzcan los hechos.

La estrategia del gobierno es convencernos de que, en un mundo en el que hay sobreinformación, ellos son lo que tienen la información útil. ¿Pero cómo puede ser útil esa información cuando lo que nos están diciendo es que los pájaros vuelan? Efectivamente sería útil si dijeran lo contrario. Que los pájaros vuelas está en su esencia, no pueden no volar porque entonces no serían pájaros. Podrían ser ratones, ardillas, pero no pájaros. Por lo que esa información no tiene ninguna utilidad, ni siquiera es información. Pero si un día el gobierno dijera que los pájaros no vuelan, los efectos serían catastróficos. Si los pájaros no vuelan es que algo muy grave está ocurriendo. Quizá el planeta se haya calentado demasiado, quizá un virus, y los siguientes seremos los humanos.  El problema es que el gobierno nos dice que los pájaros vuelan, ya sea en forma de finiquito diferido, de descenso del paro o de recuperación espectacular de la económica, cuando en realidad los pájaros dejaron hace tiempo de volar.


Continuará...
Jaume Carreras

lunes, 10 de febrero de 2014

LOS PÁJAROS VUELAN: RETÓRICA DEL GOBIERNO

DISCURSO POLÍTICO: PRIMERA PARTE



Una sola respuesta para todo. Esa parece ser la mejor manera de no meter la pata, o al menos esa es la estrategia del gobierno ante las incómodas preguntas del ciudadano al que representan, o deberían representar. Aunque a veces es preferible eso al barroquismo gongoriano de Cospedal o Floriano cuando son pillados in fraganti y se ven obligados a transitar jardines lingüísticos de los que se les hace difícil salir, quizá porque no haya salida; o al aun peor infantilismo de Botella; o al  silencio sepulcral de Rajoy, más propio del que vela un muerto que del que dirige un Estado, a no ser que el muerto sea el Estado y esté asistiendo a su entierro.

   En todo caso la falta de verdad se encuentra siempre detrás del discurso, o delante según se mire, en línea con el pensamiento político autoritario de Platón, que conminaba a los guardianes del poder a mentir si era necesario para mantener la estabilidad de la comunidad. Eso sí, solo ellos y nadie más que ellos, según el filósofo, tenían el derecho, y hasta la obligación, de mentir. ¡Y ay de aquél otro que atreviera a hacerlo!

Parece pues que el hablar claro y directo no gusta al poder. Ya en la Edad Media se informaba al analfabeto con imágenes de ángeles y de la virgen. Ahora nos cuentan cuentos, también de ángeles y de la virgen. 

   Y al que no los escucha o disiente se le pone en un saco con la etiqueta “radical” y se le echa al río a ver si se hunde. Paradójicamente los gobiernos ultraliberales tienden a tratar a los ciudadanos como a una masa, como a esa masa silenciosa “ideal” a la que tanto aluden, extirpando así su individualidad. Toda una contradicción viniendo de los defensores de la libertad del individuo y de lo privado. Aunque quizá entendimos mal. ¿El error está pues en el lenguaje? Un poco como los griegos con su democracia, que no consideraba hombres a los extranjeros y esclavos, quizá individuos sean solo los de arriba. Quizá la libertad sea solo para ellos. Y los demás estemos para servir, esto es, pagar. La cosa no ha cambiado mucho en estos últimos 2000 años, cuando se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas. En la historia siempre pagan los mismos.

continuará...
Jaume Carreras